Cómo cocinar el queso feta: parrilla, sartén y horno

Feta es uno de los alimentos más emblemáticos de Grecia, apreciado por su sabor auténtico y sus beneficios nutricionales. Ya sea cruda, a la parrilla, en sartén o al horno, la feta se adapta perfectamente a diferentes métodos de cocción manteniendo siempre su inconfundible carácter mediterráneo.

 

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La textura de feta

El queso feta es conocido por su textura desmenuzable pero cremosa. Crudo, aporta frescura y un toque ácido; cocinado, desarrolla un sabor más intenso y concentrado. Los bloques más firmes de feta DOP de regiones como Epiro o Tesalia son ideales para la parrilla o el horno, ya que mantienen mejor su estructura con el calor. El feta de Lesvos suele ser más cremoso y con una acidez delicada, perfecto para ensaladas y untar. Otras regiones, como Macedonia o Grecia Central, producen variantes con sutiles diferencias en salinidad, cremosidad y aroma, permitiendo a cada amante del feta encontrar la textura que mejor se adapte a su gusto y estilo de cocina.

 

Cómo usar el feta en sartén

Cocinar en sartén es rápido y satisfactorio. Un bloque firme, dorado con un chorrito de aceite de oliva, queda crujiente por fuera y tierno por dentro: perfecto como meze con verduras frescas o pan de pita caliente. Para un contraste dulce-salado, prueba la receta clásica de feta frito con miel: la ligera fritura realza el corazón cremoso, mientras que un toque de miel aporta dulzor rico en antioxidantes. Simple, reconfortante, inconfundiblemente griego.

 

Cómo usar el feta a la parrilla

La parrilla intensifica las notas saladas del feta y añade un ligero ahumado. Elige un bloque DOP resistente, úntalo con aceite de oliva y ásalo hasta que esté caliente y ligeramente dorado. Termina con un chorrito de limón y acompáñalo con verduras asadas para un plato saludable y verdaderamente mediterráneo.

Consejo: si decides asar feta, coloca una rodaja de 1–2 cm dentro de una hoja de papel de aluminio y añade tus condimentos preferidos. Esto permitirá una mejor absorción y evitará que el queso se derrita y se escurra de la parrilla.

 

Métodos saludables de cocción al horno

El horno es una de las formas más saludables y tradicionales de cocinar feta. La preparación clásica, feta al papillote, combina el queso con tomates cherry, tiras de pimiento verde y un chorrito de aceite de oliva virgen extra (AOVE).

Al hornearse, el feta absorbe la dulzura de los tomates y la frescura de los pimientos, creando un plato nutritivo sin grasas añadidas. Es una receta perfecta para la dieta mediterránea y, a menudo, la estrella de las tabernas griegas en cualquier isla.

 

Diferencias nutricionales: feta crudo vs cocido

El feta crudo conserva la mayor presencia de probióticos y un perfil fresco de calcio. Cocinado, pierde parte de los probióticos, pero mejora su digestibilidad y concentra el sabor. Alternar entre crudo y cocido permite disfrutar tanto del valor nutricional como del auténtico sabor.

 

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Cómo aprovechar las sobras de feta sin desperdicio

Es importante no desperdiciar ni un solo trozo de este maravilloso queso. Las sobras de feta pueden transformarse en nuevos y deliciosos platos: desmenúzalo en una spanakopita u otras empanadas al horno, donde su sabor salado combina perfectamente con espinacas y hierbas.

En sartén, añade pequeños trozos a huevos revueltos, verduras salteadas o incluso a una salsa rápida para pasta, para darle más cremosidad. Cada bocado de feta merece ser disfrutado, asegurando cero desperdicios y máximo sabor.


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