Los países con clima mediterráneo, como Grecia y, en general, los del sur de Europa, se caracterizan por veranos calurosos, lo que hace que el queso sea un alimento delicado de conservar. En cambio, en los países de Europa Central y del Norte, donde el clima es frío y seco, la conservación de los quesos curados es mucho más fácil y duradera.

En el caso de los quesos curados, la humedad representa un riesgo menor, ya que este tipo de queso es bastante resistente. Los quesos curados, incluidos los griegos, no soportan bien el frío excesivo. Si tu cocina tiene una temperatura fresca, puedes dejar el queso a temperatura ambiente. Solo recuerda cubrirlo con un paño limpio para que no esté expuesto al aire ni a los insectos. Si el paño se humedece, cámbialo por uno seco.
Los famosos quesos griegos curados, como la salada Graviera, el Kefalotyri, la Myzithra seca o el Anthotyros seco, con su sabor salino y mantecoso, conservan mejor sus aromas a temperatura ambiente fresca. Lo mismo ocurre con la Kefalograviera (una combinación de Kefalotyri y Graviera), el Ladotiri de Mitilene con su sabor picante, el queso ahumado Metsovone y el Arseniko de Naxos, de sabor intenso.
En Greek Flavours, te enviamos nuestra selección de quesos griegos siguiendo las mejores prácticas que hemos perfeccionado durante más de diez años de experiencia. Utilizamos embalajes especiales para productos refrigerados y enviamos solo de lunes a miércoles para garantizar que los productos lleguen en perfectas condiciones.
¿Cuál es la temperatura ideal para mantener el queso fresco?
La temperatura ideal varía según la ubicación geográfica, pero normalmente se sitúa entre 7 y 12 grados Celsius (45 - 55 Fahrenheit). La mayoría de los frigoríficos domésticos son más fríos, lo que significa que el queso puede secarse si se guarda en el frigorífico. Puedes conservarlo fácilmente en un lugar fresco de la casa.

Los griegos ya conservaban sus quesos curados en la antigüedad
Desde la antigüedad, los griegos incluían los productos lácteos en su dieta diaria. Debido al clima cálido, necesitaban encontrar soluciones para mantenerlos frescos durante más tiempo, especialmente en verano. Descubrieron cuatro métodos principales para hacerlo.
- Añadir sal
- Guardar en lugares frescos
- Mantener en agua hervida con una solución salina
- Recubrir la superficie exterior con grasa o cera
Más tarde, antes de la invención del frigorífico, se desarrollaron otros métodos que aún hoy se utilizan con éxito en toda Grecia.
El truco de la abuela para mantener la feta fresca durante meses
La forma más común de conservar la feta unos días es en salmuera. Coloca la feta en un recipiente, cúbrela completamente con la salmuera y guárdala en un lugar fresco. Puedes preparar fácilmente tu propia salmuera disolviendo unos 100 g de sal marina gruesa en 1 litro de agua.
Para conservar la feta durante meses, guárdala en un tarro cubierta con aceite de oliva. Este método es ideal para una feta firme bien escurrida. Si quieres darle un toque especial, añade hierbas o especias de tu elección al tarro junto con el aceite de oliva.
Para descubrir todos los consejos y secretos sobre cómo conservar correctamente la feta, lee nuestro nuevo artículo Cómo conservar la feta en casa.

¿Cómo se conservan los quesos curados en Creta?
El aceite de oliva y los productos lácteos cretenses son dos tesoros de los que los habitantes de la isla se sienten orgullosos. Saben bien que el aceite de oliva es un excelente conservante para las aceitunas y los quesos como la Graviera, el Kefalotyri, el Anthotyros seco y la Myzithra. Corta el queso en trozos grandes y colócalos en un frasco de vidrio limpio (preferiblemente esterilizado y frío).
A continuación, añade hojas de laurel, granos de pimienta negra, pequeños pimientos rojoso las hierbas aromáticas que prefieras y luego vierte el aceite de oliva hasta llenar el frasco. De esta forma, los quesos se mantienen frescos durante meses. Si aparece moho en la superficie del aceite, no te preocupes: no está sobre el queso. Solo hay que retirarlo y enjuagar el queso con agua tibia; seguirá siendo totalmente seguro para consumir.
Cosas que hay que evitar
Como hemos mencionado, los quesos curados son bastante resistentes, especialmente en los países fríos. Pero conviene saber qué no hacer. Si decides envolver el queso, evita el plástico porque favorece la aparición de bacterias indeseadas. En su lugar, utiliza papel de horno o papel encerado, que evitan la humedad y permiten que el queso respire.
No lo envuelvas demasiado apretado, ya que el queso se “asfixiará” y olerá a amoníaco. Sin embargo, si lo envuelves demasiado suelto, se secará y endurecerá. Recuerda cambiar el papel cada vez que lo abras. Finalmente, si aparece algo de moho o los bordes se secan, simplemente córtalos y disfruta del resto del queso.
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